Somos agricultores y ganaderos, sembramos para alimentar a nuestro ganado que alimenta a las personas.
En Coinga defendemos las prácticas propias del campo de Menorca desde el punto de vista ambiental y animal. Unas prácticas que se han transmitido de padres a hijos durante generaciones, lo que nos ha permitido conservar nuestras tradiciones, dándole valor al mundo rural y a los productos que elaboramos. De hecho, la elaboración del queso en Menorca se remonta a 2000 años atrás.
Menorca y nuestro característico paisaje
Las explotaciones ganaderas de Menorca están divididas en “tanques” (parcelas de terreno) delimitadas por muros de pared seca, uno de los elementos más característicos de nuestro paisaje rural.
Este sistema permite el pastoreo de las vacas de manera rotativa con el fin de darle un uso más racional y productivo a la tierra. Las granjas de Menorca tienen una media de 50 vacas por explotación en fincas de grandes extensiones que cuidan y mantienen dándole un valor único y auténtico al paisaje de la isla.
Estas prácticas tienen una repercusión directa en el medio ambiente, ayudando al mantenimiento y sostenibilidad del campo menorquín, reduciendo la huella de carbono y la emisión de amoníaco.
El sabor único de Menorca
Nuestros productos son únicos en el mundo gracias a que nuestras vacas se alimentan de pastos naturales salinizados por el viento de Tramontana (Norte) proveniente del Mar Mediterráneo.
Las vacas de Menorca son más felices porque están en su hábitat natural, pastan, beben, yacen, van y vienen y hacen lo que quieren sin que nadie las moleste.
La ganadería, una actividad que genera valor y medios de vida
La agricultura y la ganadería sigue siendo una actividad de peso en la isla, donde el turismo ha pasado a ser el principal motor económico. Aun así, la actividad que desarrollamos no es de jardinería, es una actividad económica real, que genera valor y medios de vida, capaz de competir al más alto nivel por la calidad de nuestros productos y sistemas de trabajo.